EL ÁRBOL
En el
patio de Marisa,
cuando llegaba
el verano,pasábamos tarde enteras
subiditas en un árbol.
Todas éramos pequeñas
no teníamos diez años .
Tuvimos
que repartirnos
las
ramas para sentarnos,y así subirnos tranquilas
y no acabar regañando.
Comiendo
chuches y pipas
que
buenos ratos pasamosy también algo de miedo
por caernos desde el árbol.
En
nuestro querido pueblo
había
cine de veranoy podíamos ver mil pelis
subiditas en el árbol.
Se ve, que
nuestra presencia,
desde
el cine se notabay nos hicieron saber
que el público protestaba.
Como en los pueblos pequeños
todo el mundo se conoce,
nuestros padres se enteraron
después de dos o tres noches.
Y se quedaron pasmados
al ver con qué maestría
sus niñas como los monos
por el viejo árbol subían .
Aquel señor nos propuso,
para conservar la calma,
nos dejaría pasar gratis
por toda la temporada.
Hubo
que pedir disculpas
por las
molestias causadas,tuvimos que prometerle
que a nadie se molestara.
He pensado muchas veces
en aquel lindo veranoen mi pandilla de amigas,
que las sigo conservando.
¡Con qué poquito dinero
todo lo que disfrutamos!Y de vez en cuando sueño
con mis subidas al árbol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario